Este
atleta de Kenya, Abel Mutai, estaba solo a unos metros de la meta pero
se confundió con los letreros y se detuvo pensando que había finalizado
la carrera. El atleta que corría detrás de él, el español Iván
Fernández, al darse cuenta de lo que sucedía, comenzó a gritarle que
continuara corriendo. Mutai no sabe español, por lo que no lo entendió.
Fernandez, reconociendo que Muray no lo comprendía, le dio un empujón para que continuara corriendo y ganara la carrera.
Un
periodista preguntó a Iván: “¿por que lo hiciste?” Iván le contestó:
“Mi sueño es que algún día vivamos en un mundo en el que nos ayudemos
unos a otros para alcanzar la meta”.
El periodista insistió:
“pero, ¿por qué permitiste que ganara el atleta de Kenya?” Iván le
respondió: “No le dejé ganar, él iba a ganar la carrera. Esta victoria
era suya”.
El periodista insistía, y le preguntó nuevamente:
“Pero tú pudiste haber ganado”. Iván lo miró fijamente y le respondió:
“Pero, ¿cuál hubiese sido el mérito de mi victoria? ¿Cuál sería el honor
en esa medalla? ¿Qué pensaría mi madre de esto?”
Los valores se
transmiten de generación en generación. ¿Qué valores enseñamos a
nuestros hijos y cuánto inspiramos a los demás a vivir vidas virtuosas?
La mayoría solo nos aprovechamos de las debilidades y faltas de otros,
en vez de empujarlos para que alcancen sus metas.
jueves, 5 de agosto de 2021
El atleta de Kenya y el atleta español
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